18 DE MARZO DE 2008

Aquí una vez más, centro de mezclas del hospital de Oncología de Centro Médico. Recibiendo el primero de tres ciclos dividido en seis fases; uno cada quince días. De nuevo ese químico color naranja que en ocasiones pensé que nunca volvería a transitar por mis venas. Un voraz océano de recuerdos ahogan mi consciencia. Es un largo tiempo el que llevo intentando dejar esto atrás. Hasta ahora ha sido imposible.  Sentado aquí, inmóvil y sometido, recuerdo muy lúcidamente todas las veces que he estado en este lugar. Y oprimido por la lucidez, me cuesta trabajo recordar la vida; mi vida; un espíritu oscilatorio que se pierde en la memoria. Despojo de todas las fuerzas: el aire que impacta mi rostro, los amores; tus labios rojos y tus ojos tristes. Estoy lejos de las tripas de Godard y la melancolía de Fellini. Es simple, no puedo. Me es tan difícil sobrevivir. Pareciera que no he aprendido a sobrevivir.  Las esperanzas del futuro son cada vez más limitadas. Mi cuerpo ha recibido multiples tratamientos, probablemente soy o seré estéril; incapaz de dar vida.  Profundo derrame de dolor  que desangra el alma. Si, si recuerdo algunas veces haberme sentido completamente vivo y otras  completamente muerto. Estoy completamente solo.  Muero peleando o mi vida no me ha pertenecido nunca. ¿Cuántos abrazos he dado?.

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